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Catambuco, pueblo enclavado en las faldas del volcán Galeras, sinónimo de belleza y pujanza, cuenta con la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, que sé yergue imponente en el cielo como signo de fe. Guadalupe nos significa esfuerzo, misión, trabajo e historia. Siempre la imagen de Lupita ha permanecido en nuestros hogares para socorrernos, como antaño, en nuestros momentos difíciles.
Según datos ancestrales, se tiene conocimiento que la construcción de la basílica se inicio después de que el padre Teofilo Alban, hubiese fallecido en esta población en el año de 1930. Hasta entonces habían trascurrido casi cien años de juramento del terremoto de 1834. Bajo el presbiterio del padre Juan Clímaco Ortiz y con planos diseñados por arquitecto Italiano Chave nato, se da comienzo a la construcción de los cimientos, de la que hoy en día es la basílica y con una profundidad de 7 metros, en el sitio donde había sido un cementerio. La obra de construcción estuvo bajo la dirección del maestro ancuyano Luis Leyton. Catambuco, siempre ha mostrado gran esfuerzo y unión tanto a nivel de pueblo como de parroquia.
Eran entonces de moda los bazares, algo así como un festival gastronómico, al cual todas las personas de espíritu colaborador asistían para fortalecer la causa católica. Para trabajos de subir material a las partes más altas de la basílica, como la torre, se empleo un sistema de poleas y cable accionados por tracción animal (yunta de bueyes). Los animales tiraban un extremo del cable, hacia lo que hoy es el parque principal y el otro extremo levantaba los materiales hasta donde se requerían; a la voz de aflojar la yunta cedía un poco y volvía su sitio inicial para subir cuanto material sea necesario. Es de anotar que como en todo emprendimiento, existieron y existen ciertos grupos de personas, que atacan los proyectos de otras y Juan Clímaco fue atacado pero log
ró a pesar de tales contradicciones, salir avante con su proyecto de construcción. Estando construida e inaugurada la basílica, el 9 de abril de 1946, siendo las 10 de la mañana se fue al piso toda la nave derecha, dejando abismados y sin ánimo a todos y afectando gravemente la salud del entonces párroco Juan Clímaco Ortiz, quien fue relevado de su cargo para ser trasladado a la parroquia de Guaitarrilla
La imagen vigilante de la Virgen de Guadalupe, que se encuentra en la cúspide de la torre que mide 60 metros, fue obra del maestro ipialeño Alejandro Vallejo, la imagen mide 6 metros. El obispo de la época monseñor Diego María Gómez, bendijo la imagen y dijo en su homilía…. “Madre: allí estarás bendiciendo a tus hijos; vendrán grandes temblores, grandes tempestades y allí permanecerás”.
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